La historia que conocerás a continuación refleja el gran desconsuelo y angustia que sufre esta madre después de perder a su hija recién nacida por un descuido, que ni siquiera descuido debería llamarse. Su muerte fue ocasionada por un gesto de amor que todos nosotros damos, un beso. Esta pobre madre que iba a imaginarse que perdería a su hija por un acto de amor?
Uno como padre se preocupa demasiado por el bienestar de nuestros hijos, hacemos todo lo posible para que ellos estén bien, somos tan cuidados y dedicados para que no les suceda nada, que no es justo que a ellos les suceda algo malo. Ahora, muchísimo menos que la vida no los arrebate de nuestros brazos por cosas que no calculamos, por cosas que desconocemos, por cosas que simplemente no consideramos que los condenará a tan fatal desdicha.
Esta es la historia de la familia Lampton, después de pasar por esta terrible tragedia, el único deseo de su madre es que su caso sea conocido por todos para que a ningún otro bebé le suceda esto, y que ningún otro padre tenga que padecer tan inmenso dolor.
Ellos son Sara Pugh de 28 años y su esposo Douglas Lampton de 35 años de edad. Vivían en Australia junto a sus tres hijos, se consideraban padres responsables y amorosos, además de todo unos expertos en cuanto a la crianza de niños. Decidieron tener una cuarta hija, a la que esperaban con ansias, incluso ya le tenían un nombre, la habían llamado Eloise Lampton.
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