Cuando las noticia sobre los efectos de la microcefalia asociada al virus del zika en familias brasileñas se dio a conocer a todo el mundo, lo hizo a través de los rostros de Solange Ferreira, de 39 años, y su bebé José Wesley.
Solange tuvo los síntomas de zika en el cuarto mes de embarazo, aunque nunca fue diagnosticada por medio de un examen.
"Sentí dolor en el cuerpo, picazón y tenía manchas. Sólo me sentí enferma un día y al día siguiente volví a trabajar", cuenta.
José Wesley nació a los ocho meses, pero nadie desconfió al principio porque era prematuro y era normal que fuera pequeño. Fue en ese entonces que la alarma por microcefalia llegó a la prensa y que el hospital evaluó a José, una tomografía confirmó la malformación.
Comentarios 0