Le prohibieron revelar el accidente que sufrió, tuvo que esperar tres décadas para que la verdad saliera a la luz

Fue el 24 de agosto que la pareja embarcó en el vuelo 811 en el aeropuerto de Komsomolsk-on-Amur. Al despegar el avión, Larisa y Vladimir no podían imaginar que estaban diciendo adiós a todos sus sueños.

A 5220 metros de altura, un avión militar Tu-16 se estrelló contra el avión de 38 pasajeros. El avión militar iba a gran velocidad, por lo que el vuelo comercial no pudo hacer nada para evitar el impacto. La mayoría de los pasajeros murió en el acto.
Larisa, la sobreviviente, cuenta que al momento del impacto perdieron el techo y las alas. Cuando se giró hacia su marido, este yacía muerto a su lado. “En ese instante supe que yo también iba a morir”, explicó.

En aquel momento recordó la escena de una película donde una chica se sujetaba fuertemente a su asiento mientras descendía sobre la jungla a sus pies, por lo que se sujetó lo más fuerte que pudo a su asiento para tratar de aligerar la caída.
Descendió durante aproximadamente ocho minutos junto con las piezas del avión. Lo último que vio antes de perder la consciencia es la gran fila de árboles y estar a punto de chocarse contra el suelo

“Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue el cadáver de mi marido, que yacía a unos 4 metros de mí. Era como si quisiera mirarme una última vez. Como si quisiera despedirse”, recordó.
Pasó dos días en el bosque siberiano buscando ayuda, pero fue hasta el tercer día que la encontraron unos pescadores.

Al regresar a casa descubrió con horror que sus parientes habían cavado una tumba para ella.
“Se había publicado una lista con los nombres de los pasajeros del vuelo y sus familiares habían sido contactados".

En los medios rusos no hubo noticia de la tragedia. El accidente de los dos aviones fue encubierto por los servicios secretos rusos. Los familiares de las víctimas fueron conminados a guardar silencio, quitándoles el derecho de recordar y honrar a sus seres queridos. Cuando Larisa finalmente llegó a un hospital, su habitación estaba custodiada por hombres en uniforme. Ni sus parientes ni sus amigos podían visitarla.
"A mi madre le aconsejaron que guardara silencio". Solo tras muchos años, en los años 2000, los detalles de esta catástrofe salieron a la luz.

Larisa, la única superviviente de la horrible tragedia, luchó por curar sus secuelas durante mucho tiempo. Pero fue hasta muchos años después que consiguió dejar el pasado atrás y tuvo incluso un hijo. Al ver estas fotos, tomadas unos años después del accidente, es difícil imaginar lo que esta mujer tuvo que soportar.
“Creo que fue un error del servicio militar. No se dieron cuenta que un avión de pasajeros volaba en la misma ruta"- explica Larisa. “Ahora, cada año, el 24 de agosto celebro mi segundo cumpleaños. Aún siento que parte de mí se quedó en ese avión y nunca aterrizará".