Uno nunca espera tener un incidente con la policía, solo porque alguien sospecha que tu hijo no es tu hijo por tener distinto color de piel. Pues esta fue la desagradable experiencia que vivió Jason Thompson y su hijo Xavier, de cuatro años de edad en la ciudad canadiense de Toronto.
El señor Thompson volvía con su hijo después de una jornada laboral. Ambos subieron a un autobús en la estación de Victoria Park y tomaron asiento. Pero tan solo unos minutos después de haber arrancado, el conductor se detuvo y comunicó a los pasajeros que debían esperar, sin especificar el porqué. Pasó un poco de tiempo, ya que varios autobuses de la misma línea comenzaron a adelantarlos, por lo que el propio Thompson preguntó al chófer si podía bajarse junto a su hijo, pero recibió una respuesta negativa.
Poco tiempo después, dos parejas de policías abordaron el autobús y se dirigieron a Jason Thompson y al pequeño Xavier.
“¿Este es su hijo?” le preguntaron de buena manera, Jason respondió afirmativamente y fue llevado aparte, donde le comunicaron que alguien había llamado a la policía porque se había fijado en ellos y sospechaba de un posible secuestro, ya que su hijo no se parecía físicamente al padre.
Jason Thompson se sorprendió con lo que le dijo la policía por lo que les explicó que él es albino a pesar de tener genes jamaicanos y por eso su hijo no se parece en nada a él. Lo mismo ocurre con su mujer, también albina, pero de origen indio. Su vástago no heredó la palidez de sus padres, pero sí el color de sus abuelos, y por eso es más moreno que ellos.
La policía aceptó la explicación y se despidió del padre y del hijo no sin antes disculparse. Incluso se ofrecieron a llevar a los dos a su casa, dejando que Xavier encendiera la sirena del vehículo policial.
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