23 marzo 2016 08:39
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Este tierno chimpancé, se llama Ponso, ya es un adulto con 40 años que vive en una isla solitaria en la Costa de Marfil, donde fue abandonado hace ya más de 30 años después de que el Centro de Sangre de Nueva York (NYBC) dejara de hacer pruebas médicas con animales y se desentendiera de ellos.
Así como él, muchos chimpancés fueron llevados a otras islas, quedando en el olvido.
Ponso es el único superviviente de esta isla. No tiene una fuente de alimentos constante y el agua no abunda en la zona. Tenía mujer e hijos, pero fallecieron hace un par de años.
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Conociendo la situación tan mal en la que se encuentra Ponsó, Estelle Raballand, directora del Centro de Conservación del Chimpancé, viajó hasta la isla para entregarle comida y agua.
En cuanto Ponso vió a Estelle acercarse, la recibió muy feliz con los brazos abiertos y ambos se fundieron en un tierno abrazo.
En cuanto Ponso vió a Estelle acercarse, la recibió muy feliz con los brazos abiertos y ambos se fundieron en un tierno abrazo.
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A pesar de vivir en el olvido y abandono, parece que el corazón de Ponso no alberga rencor alguno hacia los humanos, incluso pareció alegrarse de ver a alguien acercarse.
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La visita de Estelle se debió a que el centro de investigación que abandonó a los animales (NYBC) en distintas islas, anunció que cortaba la financiación de los chimpancés, por lo que ya no llegarían víveres para que los animales pudieran sobrevivir en esos lugares deshabitados.
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Estas imágenes de la visita de Estelle no solo permiten un acercamiento al corazón noble y sin rencor de estos animales. También abre la puerta a la sensibilización y a la oportunidad de ayudarlos.
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Ponso se deja acariciar y querer. El corazón noble de un animal sin duda alguna.
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