A tigger, este gato de 21 años, lo encontraron el año pasado en un estado lamentable tras haber sido abandonado. Una asociación lo rescató y Adriene Buisch vio el anuncio en donde le buscaban un hogar. Cuando se lo mostró a su novio, ambos decidieron adoptar a al gatito de inmediato, pero cuando finalmente lo conocieron, su terrible estado los dejó impactados. Pronto se dieron cuenta que Tigger tenía los días contados, así que decidieron hacerle sus últimos momentos lo más felices posible.
Tigger estaba raquítico y bebía unos cuatro litros de agua al día. También tenía un tumor del tamaño de una pelota de golf que debía operarse y padecía fallo renal. Después de reflexionar sobre qué hacer, Adriene y su novio hicieron una lista de las cosas que el gato debía vivir antes de abandonar este mundo. Fue así que comenzaron las aventuras:
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