Fue después de 20 años de apagones, iras, contiendas, pensamientos suicidas y de falsas promesas de volverse limpio, que tocó fondo. Childs no podía soportar un nuevo intento de desintoxicación, así que armado con todo el dinero que llevaba encima, llamó a su madre pidiéndole cinco dólares, jurándole que no era para cerveza. Su madre, confiando en él, le entregó los cinco dólares y minutos más tarde hizo lo que todos esperaban: compró dos six de cerveza Natural Light y se los tomó todos en diez minutos. Se desmayó y llegó la policía.
Cuando Childs recuperó la conciencia, el titular de su grupo de terapia contra la ira, al que asistió sólo una vez, clavó su mirada en él. “¿Me recuerdas?”, Se rió burlonamente. Y es que el terapeuta una vez le dijo Childs que lo vería en la primera página del periódico por asesinato, después de echarlo de su clase. Y con su actitud, Childs sin duda le estaba dando la razón al terapeuta.
Fue este episodio que llenó a Childs de motivación, por lo que decidió irse a desintoxicar y retomar el control de su vida.
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