La ternura que nos contagian muchos animales es tan peculiar, que es imposible resistirse a tanta ternura, sobre todo cuando entre ellos se dan historias de aceptación y amor, como esta historia que seguramente te robara el corazón.
Este es el caso de Watson, un Golden Retriever blanco que apenas es un cachorro de año y medio de edad y que ha sido una luz de gran ayuda para la familia que lo adoptó, y sobre todo para Kiko, un perro de su misma raza color café.
Kiko es un perro mayor de 5 años de edad que se encontraba lleno de estrés y frustración, una característica de un perro adulto. Kiko apenas tiene un año con la familia, pero su dueña cuenta que se le hizo muy difícil adaptarse; sin embargo, Watson ha sido un gran apoyo para Kiko, pues pese a su corta edad, no se le ha hecho difícil desarrollarse en el “ámbito social perruno”, y ha hecho de Kiko un gran amigo, además ha logrado disminuir sus niveles de estrés.
Gracias a Watson, Kiko ha aprendido a desarrollarse mejor como mascota y ha empezado a dejar su timidez y miedos de lado. Según su dueña, ambos andan juntos por todos lados. Se llevan de maravilla y causan una impresionante ternura cuando se les ve juntos. Pareciera que realmente se demostrara amor como un humano lo haría con otro.
Ambos perros son un gran equipo, y lo más curioso es que a ellos se ha unido un nuevo compañero un tanto peculiar: un pequeño gatito. Los tres siempre andan juntos, así que ahora conforman un trío más que adorable.
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