Chloe Enright, de Dunsborough, Australia, aquel día era como cualquier otro. Iba manejando rumbo a casa cuando en su camino, sobre la carretera se encontró un canguro muerto (muy frecuente en Australia), pero a pesar de que iba con prisas, Chloe decidió detenerse y si no hubiera sido por eso, no habría visto al bebé canguro que estaba ahí junto a su madre.
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