La modelo sueca Pixee Fox, tiene una adicción con la cirugía plástica desde hace más de cinco años. La joven, de 26 años inundó titulares el año pasado tras someterse a una operación en la que le quitaron seis costillas para conseguir una “perfecta” figura de reloj de arena.
Sus transformaciones comenzaron en el 2010, en ese entonces no tenía preocupaciones por su imagen pero creía que su nariz podía mejorar un poco, ahí comenzó el proceso de transformación que ha durado más de cinco años.
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