No cabe duda que los abuelitos son personas geniales que nos dan grandes lecciones de vida, porque además de su amor, nos demuestran que nunca es demasiado tarde para hacer lo que deseamos aunque así parezca. Una de estas personas es Sadie Sallers, una encantadora abuela que cuando tenía 79 años “le entró el bichito” por quererse hacer un tatuaje, ya que cuando era joven no la dejaron y no quería quedarse con las ganas. El único inconveniente es que vivía en un asilo y tenía que escaparse.
Pero esta encantadora mujer no dejó que nada ni nadie la detuviera, y para ello contó con una aliada especial: su nieta. Gracias a ella logró salir a hurtadillas del lugar para lograr su cometido.
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