Hay historias que son producto de la casualidad y no por ello dejan de ser increíbles. Ese fue el caso de Violet Constance Jesso, una mujer argentina de padres irlandeses que no solo sobrevivió al hundimiento del Titanic, sino también a los del Olympic y Britannic.
Su historia es poco conocida, por eso no fue tan popular como otras, pero la historia de esta trabajadora de altamar ha salido a la luz y despertado admiración en el mundo entero.
Siendo niña, cuando su padre murió, emigró junto a su madre a Inglaterra, donde comenzó a trabajar como camarera para ayudar con los gastos familiares. Pero fue su conocimiento del inglés y su aspecto elegante y distinguido, lo que le permitió embarcarse en los navíos más poderosos del siglo XX. Esos viajes marcaron su vida.
Violet se retiró a los 63 años a una casa de campo en Inglaterra, donde vivió con tranquilidad cuidando de su jardín y agradeciendo que a pesar de estar cerca de la muerte, hubiera podido tener una buena vida, una vida larga.
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