Oso, como se llamaba el amigo peludo de Sara Morán, fue envenenado hace unos años. Esto la llevó a darse cuenta que detestaba las injusticias con los perros y que deseaba hacer algo por ellos, especialmente por los más indefensos y que regularmente nadie quiere por tener alguna discapacidad.
Sara siempre ha sido una apasionada de los animales: "Quizás porque los compare con los bebés, a los que adoro", explicó la joven originaria de Perú.
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