Las pilas convencionales contienen elementos químicos tóxicos; siendo en un 30%, peligrosas para la salud de las personas y el ambiente. Al desecharse derraman los tóxicos en el aire, el agua y el suelo, generando un grave impacto en el ambiente. Ante este panorama, la tecnología está intentando involucrarse para alejar el mundo de los riesgos que el mismo avance tecnológico ha ocasionado.
Andre Geim y sus colegas de la Universidad de Manchester (Reino Unido) han diseñado pilas que no necesitan recarga ¡porque se alimentan del aire!
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