Era un día soleado de verano, cuando Ángela Shymanski conducía de vuelta a casa en la ciudad canadiense de Prince George con sus hijos Lexi y Peter.
La monitora de natación estaba agotada: su enérgico bebé de 5 años, y el recién nacido requieren constantemente de toda la energía que tiene. Durante un segundo, la madre se adormeció. Pero éste segundo tuvo verdaderamente terribles consecuencias.
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