Los tesoros no siempre son dinero, joyas u oro, pues hay tesoros de gran valor que ni el dinero alcanza para medir su valor, algunas veces estos se encuentran perdidos, ocultos, a la espera de ser encontrados por alguien que sepa apreciarlos.
Uno de estos tesoros llegó gracias a una de esas casualidades de la vida. Era el año 2007 y el aficionado de fotografía John Maloof compró en una subasta local una caja con casi 10,000 negativos de fotografías a un precio de $380 dólares. Al ser revelados, John descubrió que no sólo se trataba de imágenes de los años 50´s y 60´s. Las fotografías mostraban el talento de un maestro de la lente, con una visión muy amplia de la fotografía para aquella época.
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