Jay Weinstein, descubrió por casualidad, el poder de una sonrisa durante su viaje a Bikaner, al noroeste de la India, en diciembre de 2013. En aquella ocasión, vio a un poblador en la calle que quiso fotografiar, pero la expresión de este hombre lo intimidó, por lo que decidió evadirlo, pero cuando ese mismo hombre se acercó a Weistein minutos después, pidiéndole que le sacara una foto, él se dio cuenta que se había equivocado y que juzgó mal al hombre.
Al posar, el hombre sonrió, y fue ahí donde Jay Weinstein se dio cuenta de que una sonrisa puede cambiar al mundo.
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