Charlie tenía 12 meses cuando fue abandonado en un carrito de supermercado. Lo llevaron a un refugio de animales donde encontró un hogar, ya que la veterinaria del albergue se enamoró de él y decidió llevarlo a casa. Ella no buscaba adoptar un perro, pero el destino tenía preparado algo diferente, por eso decidió unirlos.
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