Un piercing en su seno casi le cuesta la vida

Ella es Nikki Belza, una modelo y bailarina de 33 años que ya llevaba doce años con un implante de busto y se sentía feliz con su anatomía, pero jamás imaginó que su vida podría cambiar tan drásticamente de un momento a otro. Todo fue por colocarse un piercing en su pezón del seno izquierdo.

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