Un día, a principios de 1897, Edward envió a un jornalero a la casa donde vivían. El chico encontró a Elva tendida al pie de las escaleras sin señales de vida, por lo que corrió hasta la casa de la madre de la chica, quien acudió de inmediato al doctor del pueblo, George W. Knapp, para que fuera a ver a su hija.
El médico llegó a casa de los Shue una hora después y se encontró con Edward, quien había llevado el cuerpo de su esposa hasta la habitación, le había puesto un vestido de cuello alto y un velo sobre la cara.
El médico determinó como la causa de muerte, un "desmayo permanente".
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