Y bueno, es aquí donde entra Melina Salazar, una camarera con mucho mérito, ya que de forma correcta cumplía uno de sus grandes retos sin perder la paciencia ni la sonrisa, ya que solía atender a un señor que no paraba de quejarse por todo; esta chica nunca perdía la sonrisa. Fue la única camarera del restaurante Luby's en Brownsville, Texas (Estados Unidos) que aceptó servirle, mientras los demás trabajadores se negaban a prestarle el servicio.
El señor en cuestión era Walter “Buck” Swords, un veterano de guerra de 89 años que había participado en la II Guerra Mundial. Walter no era un abuelito adorable. Era demasiado quisquilloso y amargado. Tenía un carácter tan fuerte que a veces insultaba a aquellos que intentaban tomarle el pedido. Era la pesadilla de las camareras del restaurante, al que para colmo iba casi a diario.
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