AJ Spader es un adolescente que sabe la importancia del amor de hermanos, y consciente del cáncer de su pequeña hermanita, decidió invitarla a su baile de fin de cursos de secundaria, a sabiendas que quizá Rebekah no tendría oportunidad de vivir su propio baile.
La pequeña Rebekah Spader fue diagnosticada con síndrome mielodisplásico-pre-leucemia. Estuvo bajo varios tratamientos sin ningún éxito, como un trasplante fallido de médula.
A sabiendas de que ningún tratamiento funcionaría, cuatro años antes, sus padres Tony y Stephanie optaron por darle una mejor calidad de vida a la pequeña de 10 años, quien merecía dejar de vivir en hospitales y comenzar a disfrutar de la vida, lo mucho o poco de vida que le quedara.
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