Sabemos que no siempre se puede tener el control de los animales salvajes, pero no siempre es necesario actuar con violencia si hay mejores alternativas. Pero parece que las autoridades canadienses no siempre lo comprenden. Es por ello que por negarse a asesinar a un par de ositos que acababan de perder a su madre y que estaban atorados en un árbol, Bryce Casavant, un oficial del Departamento de Conservación Medioambiental Pot Hardy, en Canadá, fue suspendido de su trabajo, pues colocó a las dos crías de oso negro en una jaula y los trasladó al North Island Wildlife Recovery Association para su recuperación, en lugar de obedecer órdenes.
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