LUBRIMAX
Reclina el asiento de tu acompañante y empieza a juguetear. Recuerda ocuparte de ella primero y dejar que acabe, así será más generosa contigo, es por eso que primero vas a empezar acariciándola. Ella con las piernas abiertas, y tú con la mano de Dios jugando a ser un barrilete cósmico de cinco dedos. Cuando ella esté bien caliente la acomodas sobre una de las puertas, girada hacia tu lado, y sosteniéndole las piernas por los muslos, baja como si fueras a abrir el capo y mira el motor para ver que está andando mal. Bajá y dale a la lengua. Después que ella grite su gol, te puedes relajar y pedir que ahora ella te de placer a ti.
EL TREN DELANTERO
Para autos chicos. Mete el freno de mano y mueve los dos asientos delanteros hacia atrás y reclinalos. Si tienes una almohada, ponla entre la unión de los dos asientos para que los una. Si no, rellena el hueco con el pantalón hecho un bollo, y el resto de la ropa que te sacaste. Ahora sí, elle se acuesta boca arriba, de gambas abiertas, con la cabeza colgando, y sujetándose con las uñas de los asientos, o agarrándose de los apoyacabezas. Y tú te colocas entre su piernas y haces el clásico misionero. Pero que el nombre del “clásico” no te la tire abajo. Esto tiene más condimento de porno que de sexo entre enamorados. Si quieres más placer, que ella ponga los pies arriba del tablero del auto. Si todavía tiene puestos los tacones, la blusa subida y la tanga corrida, es para que saques una foto mental y la archives por el resto de tus días.
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