Danielle Ogle y su marido Cody era una joven pareja con una vida perfecta. Vivían en Fort Payne, una localidad de Alabama, Estados Unidos. Un tercer miembro más conformaba a esta amorosa familia, su pequeño Braxton que todavía no llegaba a los dos años.
Su vida transcurría sin contratiempos. Danielle en casa junto a su pequeño y su esposo Cody trabajaba como policía, así que cuando en un día normal de abril vio a un coche de policía estacionarse frente a su casa, pensó que sería su marido, pero en realidad lo que venían eran malas noticias.
Comentarios 0