28 enero 2017 04:45
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Kibera, que significa “bosque” o “jungla” en nubi, es un asentamiento irregular ubicado en los suburbios de Nairobi, Kenia. Se trata del lugar más pobre del país, y el segundo más grande de África con más de 2 millones de habitantes.
El exceso de población, la falta de saneamiento y viviendas hacen de Kibera un lugar difícil para vivir. Pero en medio de la miseria y la pobreza que sufren sus habitantes, surge una historia que vale la pena conocer.
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Mike Wamaya, un ex bailarín de ballet profesional, dejó su sueño en Europa para poder dedicarse al ballet en Kibera, donde cuenta con una clase de 40 alumnos.
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El salón donde los niños estudian a diario, es el espacio donde una vez a la semana los alumnos pueden practicar ballet, el objetivo es darles bienestar tanto físico como mental.
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Sí, el salón no tiene puertas y cuenta con varios vidrios rotos, pero tiene tanto o más amor y alegría que los salones más privilegiados de ballet de cualquier otro lugar del mundo.
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Esta sin duda es de esas historias que vale la pena contar, y nos demuestra que siempre hay oportunidad para hacer algo por los demás.
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