Cuando Agung Dewi tenía 10 años se intoxicó y estuvo dos semanas en el hospital sin poder comer ni levantarse de la cama, lo intentaron todo y nada funcionaba. Entonces su padre tuvo una idea cuando vio un perro callejero: lo recogió y se lo llevó a la pequeña con la esperanza de que le ayudara a reanimarse.
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