Un hombre ciego jamás había visto a su esposa o a su hijo — Pero al verlos por primera vez pierde la cabeza.

Muchos de nosotros vamos por la vida sin darnos cuenta de lo afortunados que somos. Tener la capacidad de ver los magníficos colores del mundo y a nuestros seres queridos, escuchar una canción que nos pone la carne de gallina, o ver una película que nos hace llorar es algo que muchos dan por sentado.

Fuente: www.lindito.com
0 0

Новости партнёров