Luego de algunas semanas la familia empezó a notar un comportamiento muy extraño en el animal. Cada noche, cuando se acostaban, este se sentaba junto a la ventana y los miraba fijamente, inmóvil y con los ojos muy abiertos. A la mañana siguiente el perro continuaba en la misma posición y sin indicios de haberse ido de su lado un segundo. Se dieron cuenta que en realidad nunca habían visto que su perro durmiera profundamente.
Esta conducta les extrañaba, no lograban entender el porqué del comportamiento y decidieron que lo mejor era llevar a su mascota con el veterinario. Allí, y luego de una serie de exámenes exhaustivos, no lograron encontrar nada malo.
Lo siguiente fue preguntar en el refugio donde habían adoptado al can, tenían que encontrar respuestas. Ahí se enteraron de algo que les rompió el corazón.
Resulta que el dueño anterior llevó al perro al refugio hasta asegurarse de que se encontraba completamente dormido. Cuando el animal despertó, ya estaba lejos de casa y de su amo no supo nada nunca más.
El conocer la razón del extraño comportamiento de su mascota no pudieron evitar romper en llanto. Decidieron que lo mejor era colocar la cama del perro junto a la suya, querían asegurarse de que entendiera que él ahora era parte de la familia, que lo sería para siempre y que nunca lo abandonarían.
Fueron necesarias un par de semanas para que el pequeño entendiera el gesto, pero ahora él puede dormir tranquilamente, lo hace mejor que nunca sabiendo que ha encontrado un hogar de verdad y para siempre.
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