El horror de las guerras ha dejado una huella imborrable en la historia que las fotografías se han encargado, muchas veces, de inmortalizar.
En el invierno de 1944, en la época de la Segunda Guerra Mundial, el fotógrafo Henryk Ross, de Łódź, Polonia, sobrevivió a la barbarie de los nazis debido a que se le encargó tomar fotos de identidad y de propaganda para el Departamento Nazi de Estadística. Sin embargo, también documentó de manera privada algunas escenas que le tocó vivir en esa época, con el fin que fueran prueba de los crímenes contra su pueblo para generaciones futuras.
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