Soy una walé (de Patrick Willocq, Francia): Para los pigmeos Ekondas en la República Democrática del Congo, el momento más importante en la vida de una mujer es el nacimiento de su primer hijo. A la joven madre se le llama salé (madre lactante primíparas). Una wale conlleva responsabilidades y estatus: regresa con sus padres, donde permanece aislada por un período de 2 a 5 años, y debe cumplir con varios tabúes estrictos durante este tiempo. El ritual es altamente competitivo, ya que se trata de tener más prestigio y poder que otros ale. Cada día la joven se involucra en un ritual de embellecimiento elaborado para llamar la atención sobre sí misma. Ella extiende una preparación roja, una mezcla de polvo de madera con aceite de palma, sobre su propio cuerpo. Los peinados sofisticados, hechos de una pasta de barro compuesta de una mezcla de cenizas de las hojas bopokoloko y aceite de palma, son otra manera en que las salé hacen alarde de su singularidad.
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