La misteriosa momia de un marinero hallada a mitad del océano

La policía filipina anunció el hallazgo de un cadáver momificado en una embarcación hallada por unos pescadores, que llevaba meses a la deriva.
El boletín de las autoridades de Barobo, un pequeño municipio filipino de la provincia de Surigao del Sur, publicó en las redes sociales el sorprendente hallazgo del cuerpo de Manfred Fritz Bajorat, un aventurero alemán que fue hallado tal como dejó el mundo: en el despacho de su yate, con la radio en la mano, tratando de transmitir un último y desesperado mensaje.
Esto decía el comunicado:
"ENCONTRADA PERSONA MUERTA
En torno a las 4:00 de la tarde del 26 de febrero, 2016, un agente de la policía de Barobo recibió la información de que el pescador Christopher Rivas y Escarten, de 23 años, encontró un cadáver sin identificar de un hombre dentro de un yate en mitad del Pacífico”.
No se sabe cuánto tiempo estuvo el cadáver momificado del marinero vagando a la deriva por las aguas del Pacífico, ni de dónde viene: todo lo que se sabe hasta ahora de él es que se hallaba en su propia embarcación, de 12 metros de eslora.
Aunque gran parte de la cabina estaba cubierta por agua, los policías han encontrado álbumes de fotos de familiares y amigos, ropa, latas de comida y una conmovedora carta del marinero dirigida a su mujer, Claudia, que murió de cáncer en mayo de 2010, a los 53 años:
“Hemos estado treinta años juntos en el mismo camino. Entonces el poder de los demonios era más fuerte que la voluntad de vivir. Te has ido. Espero que tu alma descanse en paz. Tu Manfred”.
Hasta ahora se sabe que Fritz se separó de su mujer en 2008 y que esta murió dos años después en manos del cáncer. La última vez que sus amigos supieron algo de él fue el año pasado, cuando contactaron con él a través de Facebook con motivo de su cumpleaños.
La policía cree que el marinero no fue asesinado, pero se desconocen aún como pudo fallecer de forma tan repentina. No se encontró ningún signo de violencia en el interior del yate por lo que todo apunta a que el alemán murió de un ataque repentino al corazón. Sólo un infarto explicaría cómo un experimentado marinero como Fritz –con más de medio millón de millas naúticas a sus espaldas por todo el mundo– pudo acabar a la deriva en el océano Pacífico.

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