Ya sucedió hace un tiempo con un delfín, desafortunadamente este no sobrevivió al manoseo de miles de turistas que en lugar de devolverlo al mar gozaron tomándose fotos; ahora le tocó a una tortuga que sacaron del mar para tomarse selfies. Sin duda otro ejemplo de la falta de criterio de las personas.
La denuncia la hizo GreenArea Internacional y sucedió en Havana Beach, una concurrida playa en Líbano. De acuerdo a los testigos, un grupo de visitantes (adultos) vieron al ejemplar y lo sacaron a la fuerza del mar para que sus hijos pudieran tomarse fotos con el animal, lo peor de caso fue que al verlo, otros bañistas decidieron hacer lo mismo a pesar de que un niño lloró en clemencia por el animal. Y por si esto no fuera poco, el animal fue golpeado con un palo en la cabeza y le dejó una herida.
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