Katya Nezhentseva nació hace 21 años en la ciudad de Novy Urengoy. Cuando sus padres la vieron se asutaron mucho porque su rostro estaba cubierto de arrugas. El Padre de Katya y esposo de Irina, la madre, no pudo soportar este hecho y las abandonó.
Los médicos afirmaron que la niña sufría Progeria, un raro trastorno genético en la que hay cambios en la piel asociados con el envejecimiento prematuro del organismo. De acuerdo a informes, solo un centenar de personas en el mundo padecen esta enfermedad y generalmente no viven mucho tiempo, pero no fue así para Katya.
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