Cuando era más pequeña, la adolescente Gabi Shull soñaba con el ballet. Cuando cayó víctima del cáncer a los nueve años, creyó que sería imposible lograr eso que tanto anhelaba; pero a pesar de la adversidad, ella no se rindió.
Retrocediendo el tiempo, recuerda que todo empezó a los nueve años, cuando sufrió una caída y tuvo que ser llevada a emergencias. Aquel día los médicos le diagnosticaron osteosarcoma, un cáncer óseo que afectó su rodilla. Para poder salvarla, tuvieron que amputar su pierna y con ello parecía poner fin a su sueño de convertirse en bailarina de ballet profesional.
Afortunadamente, todo salió bien en la operación. Los cirujanos removieron la articulación de la rodilla pero giraron su pie 180 grados y lo unieron a la pierna superior para lograr que le sirviera como rodilla. Es un procedimiento inusual, pero ello le permite moverse con mayor facilidad y realizar actividades que ama como bailar o patinar y mantener el equilibrio.
El cáncer tuvo un gran impacto sobre su vida pero ella ha demostrado que no existen excusas ni imposibles cuando realmente se ama algo. Que el único límite lo ponemos nosotros.
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