Las trabajadoras del servicio social del Estado de Washington descubrieron que algo no andaba bien cuando descubrieron pinchazos y moretones en una de las niñas del hogar de Ashlee Hutt.
Después de descubrir lo que hacía, la madre de 24 años ha sido acusada con cargos criminales de maltrato infantil por inyectarle heroína a sus tres hijos: un niño de seis años, una niña de cuatro y una de dos.
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