Olivia sufrió quemaduras en un pie y la cadera, además de tener una marca del neumático en el pecho pero no fue capaz de sentir dolor alguno. Ella simplemente se levantó y simplemente preguntó “¿qué pasa?”, observando con intriga la marca de los neumáticos en su pecho y la cara de pavor de quienes la rodeaban.
Gracias a esa alteración genética, Olivia se salvó del accidente pues no se tensionó en el momento del impacto, se mantuvo relajada y eso le evitó fracturas.
De inmediato fue llevada al hospital y tras análisis médicos, se llegó a la conclusión de que tiene un inusual defecto cromosómico, lo que hace que la pequeña no siente hambre, cansancio ni dolor.
Su mamá explicó que la niña tampoco siente hambre y que puede pasar hasta 72 horas sin dormir por lo que tienes que darle somníferos.
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