Recibir un mensaje que es para otra persona es bastante divertido, pero según como te lo tomes puede llevar a muchas risas más, sobre todo según cómo respondas.
Solo hay que meter la pata con el número, o que estés en el bar ligando y que te den el número que no es, y terminas con mensajes y fotos que no deberías haber visto. O peor, a veces mensajes especialmente embarazosos que envías a tu pareja terminan en la bandeja de entrada de otro contacto, porque quizá seleccionaste Juan en vez de Juana sin querer.
Comentarios 0