Valentino era un gato desafortunado que ninguna persona quiso tocar por varios motivos. El pelo de este gatito estaba endurecido y lleno de suciedad. Sus ojos estaban cerrados por ser demasiado embarrados y hinchados, así que no veía nada.
Además, el pobre animal padecía de sarna sarcóptica, una condición muy contagiosa tanto para los gatos como para los seres humanos. Pero cuando Elaine Seamans pasaba por la jaula de Valentino en el refugio de animales de Baldwin Park la semana pasada y escuchó su grito de socorro, ya sabía que era lo que tenía que hacer.
“Él estiró su patita y hizo un pequeño maullido”, dijo Seamans a The Dodo. “Era como si estuviera llorando sin verbalizarlo: ‘Ayúdame…’ Hay ocasiones cuando seguir caminando no es una opción”, añade. “Tienes que parar. Este fue una de estas veces”. La mujer abrazó el gatito cerca de su corazón y ni siquiera llevaba puesto los guantes.
“Cuando lo levanté, puso su pequeña cabeza encima de mi hombro”, dice Seamans. “Así fue. Tenía que sacarlo de allí”. La rescatadora contactó a Toby Wisneski de Leave No Paws Behind que llevó el gatito al veterinario. Allí recibe toda la atención medica que necesita. Esperan que se recupere y pronto estará preparado para la adopción.
Comentarios 0