Hay historias tan increíbles que no debemos dejar de creer en los milagros y a veces, quizás, tomar las oportunidades que la vida nos da...
A la edad de 10 años, Deryn Blackwell fue diagnosticado con leucemia; y un año más tarde, en el 2011, se le fue diagnosticado otro tipo de cáncer: un rarísimo tipo de sarcoma (que se han presentado en sólo 5 personas en el mundo, el pequeño Deryn es una de ellas) lo había atacado.
Los dolores eran horribles, las puntas de sus dedos eran duras y negras por la infección, sus uñas se caían y dejaban sus dedos en carne viva. Los padres de Deryn recuerdan con tristeza a su pequeño hijo decir: “por favor, diles que me corten la mano, mamá. Ya no puedo más con esto”.
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