La 1ª noche de Kylo en su nuevo hogar fue perfecta: “Se acurrucó en mi regazo, metió la cabeza bajo mi barbilla y comenzó a roncar como una motosierra, “dice Sweers. “Desde ese momento, mi marido y yo supimos que se iba a quedar con nosotros.”
Kylo, es un perro cariñoso, y está tan agradecido por haber encontrado un hogar, que ahora es cariñoso con todo aquel a quien conoce: “Se gana a la gente un poco a la fuerza… subiéndose en sus regazos y quedándose dormido.”
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