Es cierto que vivir con una mascota, llena a las personas de alegría, les ayuda a ser más sociables, e incluso es beneficioso para la salud, pero a pesar de ello, estamos acostumbrados a que, ante la enfermedad, se crea que lo mejor es mantener a las personas alejadas de las mascotas.
Y aunque es cierto que en algunos casos las mascotas pueden traer gérmenes o bacterias y pueden no ser los más adecuados para una persona con las defensas bajas. Otros pueden ser alérgicos al pelaje de los animales, sin embargo, las personas que son alérgicas, por lo general ya lo saben y no tienen mascotas, además, las bacterias también pueden entrar a los hospitales junto con los familiares, con otros pacientes, y hasta con los médicos.
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