¿Quién no amaba de pequeño treparse en los árboles o soñaba con una casa encima de ellos? Al crecer, muchas cosas se olvidan, aunque para otros, estas alegrías lejos de desaparecer, permanecen en algún sitio de nosotros, esperando volver a despertar.
Justamente eso fue lo que le sucedió a Foster Huntington, un empresario de la moda y fotógrafo que decidió dejar de vivir en Nueva York para construir su propia casa del árbol.
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