Cada agosto el macho de la cigüeña llamado Klepetan deja su compañera del alma, Melena, para migrar al sur de África. Ella no puede volar con él porque fue herida por un cazador en un ala hace 22 años y ahora le espera pacientemente en su modesto nido. El leal amigo vuelve junto a Malena como un reloj cada marzo desde hace ya 15 años.
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