Un día en el parque, una señora se sentó junto a un hombre en un banco cerca de la zona de juegos.
“Ese es mi hijo, el de allí”, dijo, señalando a un niño pequeño con un suéter rojo camino del tobogán.
“Es un chico hermoso”, respondió. “Esa es mi hija, la del vestido blanco, montando en bicicleta.”
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Entonces, mirando a su reloj, dijo en voz alta: “Es hora de irse Melissa”
Melissa suplica, “Sólo cinco minutos más, papá, por favor. Sólo cinco más.”
El hombre asiente y Melissa continúa montando en su bicicleta, feliz como una perdiz. Pasan los minutos y luego se levanta de nuevo y le dice a su hija, “¿Nos podemos ir ya?”
Una vez más, Melissa suplica a su padre, “Cinco minutos más, papá. Sólo cinco más.”
El hombre sonríe y dice en voz alta: “Está bien…”
“Sin duda es usted un padre paciente”, responde la mujer.
El hombre sonríe y dice: “Su hermano mayor Tommy fue atropellado por un conductor borracho el año pasado mientras montaba en su bicicleta cerca de aquí. Nunca pasé mucho tiempo con Tommy y ahora daría cualquier cosa por pasar sólo cinco minutos más con él. He prometido que no volvería a cometer el mismo error con Melissa. Ella piensa que tiene cinco minutos más para montar su bicicleta, pero la verdad es, que en realidad me da cinco minutos más para verla jugar”.
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