No solamente los humanos se enfrentan a la obesidad, los animales de compañía también padecen de esta enfermedad si no se le dan los cuidados necesarios como le sucedió a este beagle de 8 años llamado Kale Chips.
Cuando encontraron al perro, pesaba cerca de 40 kilos y apenas podía moverse. Su dueño ya no podía cuidarlo, además padecía demencia senil, por lo que no reparó en lo que sucedía con su perro.
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