29 julio 2016 08:14
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Savji Dholakia es propietario de la exportadora de diamantes Hare Krishna y su nombre ya ha resonado antes en los titulares de los medios, después de que regaló coches y departamentos a sus empleados, como bono por su trabajo.
Este millonario comerciante, tuvo la idea de mandar a su hijo a Kochi, una ciudad india, para que consiguiera trabajo durante un mes en un lugar común y aprendiera el valor de la vida y el dinero, en un esfuerzo por apartar a su hijo de los caprichos y la falsedad de crecer con una vida de privilegios.
Su hijo, Dravya Dholakia de 21 años, aceptó el reto de conseguir trabajo y ganar su propio dinero. El joven está haciendo una Maestría en Negocios y Administración en los Estados Unidos, sólo había llegado a tomar unas vacaciones en la India, pero finalmente llegó a Kochi, con tres cambios de ropa y 7 mil rupias, mismas que solo podía utilizar en caso de emergencia, según las instrucciones de su padre.
Fuente:
www.laguiadelvaron.com
Las condiciones eran las siguientes: Tenía que trabajar para ganar su propio dinero, no podía trabajar en un lugar por más de una semana ni podía utilizar la identidad de su padre, ni utilizar su teléfono móvil, ni las 7 mil rupias durante un mes.
“Yo quería que entendiera la vida y cómo los pobres luchan para conseguir un trabajo y dinero. Ninguna universidad puede enseñar estas habilidades para la vida, excepto la experiencia”, explicó su padre.
“Yo quería que entendiera la vida y cómo los pobres luchan para conseguir un trabajo y dinero. Ninguna universidad puede enseñar estas habilidades para la vida, excepto la experiencia”, explicó su padre.
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Dravya consiguió empleo en una tienda, pero durante cinco días no conseguía trabajo ni un lugar adecuado para quedarse.
“Estaba frustrado porque me rechazaron en 60 lugares, ya que nadie me conocía aquí. He entendido lo que es el rechazo y el valor de un trabajo en estos días”, comentó el joven.
Dravya le mintió a sus empleadores diciéndoles que era un estudiante de la clase XII, nacido en la familia de un granjero pobre en Gujarat. Consiguió su primer trabajo en una panadería en Cheranelloor. Luego trabajó en un centro de llamadas, una tienda de zapatos e incluso un McDonald’s, ganando 4 mil rupias en un mes.
“Nunca me he preocupado por el dinero, y aquí he tenido problemas para conseguir una comida por valor de 40 rupias. Necesitaba 250 por día para rentar una pequeña casa”, dijo Dravya después de regresar a casa.
“Estaba frustrado porque me rechazaron en 60 lugares, ya que nadie me conocía aquí. He entendido lo que es el rechazo y el valor de un trabajo en estos días”, comentó el joven.
Dravya le mintió a sus empleadores diciéndoles que era un estudiante de la clase XII, nacido en la familia de un granjero pobre en Gujarat. Consiguió su primer trabajo en una panadería en Cheranelloor. Luego trabajó en un centro de llamadas, una tienda de zapatos e incluso un McDonald’s, ganando 4 mil rupias en un mes.
“Nunca me he preocupado por el dinero, y aquí he tenido problemas para conseguir una comida por valor de 40 rupias. Necesitaba 250 por día para rentar una pequeña casa”, dijo Dravya después de regresar a casa.
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Sreejith K, un profesional de finanzas conoció a Dravya en esta travesía y se lo quiso llevar a su compañía de inmediato:
“Lo conocí en una panadería y vi algo único en él. Sin embargo, aunque mis colegas me recomendaron que lo empleara, no respondió las llamadas. El martes recibí una llamada del director general de la compañía de Dravya, quien me daba las gracias y me informó de la historia real de Dravya”.
El joven ya aprendió una buena lección y esperemos que le sirva en algún momento toda esta experiencia.
“Lo conocí en una panadería y vi algo único en él. Sin embargo, aunque mis colegas me recomendaron que lo empleara, no respondió las llamadas. El martes recibí una llamada del director general de la compañía de Dravya, quien me daba las gracias y me informó de la historia real de Dravya”.
El joven ya aprendió una buena lección y esperemos que le sirva en algún momento toda esta experiencia.
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