Lori y Chris tenían tres hijos: Kyle de 5 años, Emma de 4 y Katie de 2. Aquel día, Kile cumplía su quinto aniversario, por lo que su madre se fue con sus hijos y la abuela de los niños a celebrar a un parque con juego infantiles y después a una granja donde los niños pudieron convivir con animales.
Todos se divirtieron pero llegó la hora de regresar a casa. Se subieron a la minivan y Lori condujo a casa. Había tráfico, por lo que esperaron en la carretera.
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