Daniel Fitzpatrick evidenció en una carta el sufrimiento que vivió en su escuela, donde era víctima de bullying. “Me rendí” fueron las últimas palabras del niño que se suicidó y que acusó a los maestros de no hacer nada para ayudarlo.
Con trece años, este niño puso fin de manera temprana a su vida. En la carta que dejó, describió cómo varios de sus compañeros del instituto “Holy Angels Catolic Academy” de Nueva York lo molestaban todos los días; hicieron de su vida un infierno que el menor ya no pudo soportarlo y decidió acabar con su vida.
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