Pero a pesar de romper récord, este hombre señala que tiene un único deseo: “Lo que quiero es morir. Mis nietos ya son todos independientes”. También tiene bisnietos e incluso tataranietos.
Mbah preparó su funeral desde que cumplió 122 años, en 1992. Cuenta que ya tiene listo un sitio para su entierro, el cual se encuentra cerca de las tumbas de sus hijos. Ya cuenta con la lápida e incluso el ataúd, solo está a la espera de que la muerte venga por él.
Para entretenerse le gusta escuchar la radio. Pero ya no ve televisión porque su vista ya no se lo permite.
Al preguntarle cuál ha sido el secreto para vivir casi un siglo y medio el responde que ha sido cuestión de paciencia y nada más.
De ser cierta la carta de identificación, se trataría del hombre más viejo del mundo. En la lista le sigue la francesa Jeanne Calment, quien murió a la edad de 122 años, en 1997.
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